¿Cómo se relaciona la economía con la tecnología?

¿Cómo afectarán los avances en tecnología y telecomunicaciones a los países en desarrollo?

Para los economistas, la tecnología es cualquier cosa que nos ayude a producir cosas más rápido, mejor o más barato. Cuando se piensa en tecnología, es muy probable que se piense en cosas físicas como grandes máquinas u ordenadores rápidos. Pero cuando los economistas hablan de tecnología, piensan más ampliamente en nuevas formas de hacer las cosas. En este sentido, procesos como la producción en cadena o la creación de vacunas médicas se consideran tecnologías. Incluso aspectos sociales o políticos como el lenguaje, el dinero, la banca y la democracia se consideran tecnologías.

Una de las principales razones por las que los economistas utilizan esta amplia definición de tecnología es que facilita la comprensión del origen del crecimiento económico. Una forma popular de pensar en el crecimiento sostiene que éste puede provenir de sólo tres lugares. Uno es el aumento del número de personas que trabajan, a menudo debido al crecimiento de la población. Otro son las nuevas inversiones en cosas necesarias para la producción, como máquinas, carreteras o incluso educación, que los economistas llaman capital. El resto -cualquier cosa que permita a la gente producir más sin más trabajadores o inversiones- se denomina “tecnología”.

Hacia dónde lleva la tecnología a la economía

La aplicación de las herramientas de las ciencias de la complejidad al estudio de la sociedad permite analizar fenómenos que han sido difíciles de identificar y analizar con las herramientas más tradicionales, especialmente en el campo de la Economía, que en ausencia de estas herramientas ha tendido a trabajar con representaciones relativamente poco dimensionales de la realidad. Pero la creciente disponibilidad de información más detallada de los fenómenos sociales hace especialmente útil el uso de herramientas que puedan explotar esta riqueza informativa. Esto abre nuevos y fascinantes horizontes en casi todos los campos del conocimiento de las ciencias sociales.

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En economía, está ampliamente aceptado que la tecnología es el motor clave del crecimiento económico de países, regiones y ciudades. El progreso tecnológico permite una producción más eficiente de más y mejores bienes y servicios, que es de lo que depende la prosperidad.

Sin embargo, los mecanismos a través de los cuales se desarrolla, adopta y utiliza la tecnología en la producción son complejos. Su análisis más detallado puede permitir nuevas conclusiones que podrían tener importantes repercusiones en muchos ámbitos de la política, como la política científica, la investigación y el desarrollo, la política industrial y las políticas de desarrollo tanto nacionales como regionales. De hecho, el concepto de tecnología en sí mismo, así como las capacidades individuales y sociales necesarias para su desarrollo, pueden estudiarse ahora a un nivel mucho más detallado, lo que permite obtener posibles contribuciones que pueden repercutir en la educación superior, la creación de empleo y el crecimiento económico. Es evidente que existen vínculos entre la educación, la investigación y el desarrollo, la innovación y la actividad económica que forman parte del proceso que pretendemos desvelar.

Por qué es importante la tecnología

Las plataformas digitales están reformulando las relaciones entre clientes, trabajadores y empleadores a medida que el alcance del chip de silicio impregna casi todo lo que hacemos, desde la compra de alimentos en línea hasta la búsqueda de pareja en un sitio web de citas. A medida que la potencia de los ordenadores mejora de forma espectacular y cada vez más personas de todo el mundo participan en la economía digital, debemos reflexionar cuidadosamente sobre cómo diseñar políticas que nos permitan aprovechar plenamente los beneficios de la revolución digital, minimizando al mismo tiempo la dislocación del empleo.

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Esta transformación digital es el resultado de lo que los economistas que estudian el progreso científico y el cambio técnico llaman una tecnología de propósito general, es decir, una tecnología que tiene el poder de transformarse continuamente, ramificándose progresivamente e impulsando la productividad en todos los sectores e industrias. Estas transformaciones son poco frecuentes. Sólo tres tecnologías anteriores obtuvieron esta distinción: la máquina de vapor, el generador de electricidad y la imprenta. Estos cambios aportan enormes beneficios a largo plazo. La máquina de vapor, originalmente diseñada para bombear agua de las minas, dio lugar a los ferrocarriles y a la industria mediante la aplicación de la energía mecánica. Los beneficios se acumularon a medida que los agricultores y los comerciantes transportaban sus mercancías desde el interior de un país hasta las costas, facilitando el comercio.

Progreso tecnológico y crecimiento económico

Las nuevas tecnologías, como las telecomunicaciones 5G, los vehículos de autoconducción y los medicamentos y vacunas basados en el ARNm, tienen el potencial de moldear nuestro futuro. La anticipación de su impacto puede estar afectando ya a la economía en la actualidad.

Al igual que Internet y los teléfonos inteligentes han revolucionado nuestra forma de vivir y trabajar en la última década, muchos esperan que las nuevas tecnologías -incluidos los vehículos eléctricos de autoconducción, el blockchain y la inteligencia artificial- hagan lo mismo en un futuro próximo.

Casi a diario, nos enteramos de inminentes avances tecnológicos que dan lugar a expectativas de mayor riqueza futura y mejor calidad de vida. Se podría pensar que hay que esperar a que estas nuevas tecnologías estén disponibles para que empiecen a afectar a nuestras vidas. Pero investigaciones recientes demuestran que el comportamiento puede cambiar, simplemente en previsión de futuros avances tecnológicos.

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Las noticias prometedoras y que pueden cambiar nuestra vida sobre las tecnologías del futuro están por todas partes. Por supuesto, el sentimiento de optimismo sobre un futuro más brillante y avanzado no es nada nuevo: se ha repetido a lo largo de generaciones.