¿Qué dijo Albert Einstein cuando le preguntaron si creia en Dios?

Einstein, Dios y el Universo

¿Qué pensaba Albert Einstein sobre Dios, la religión, la fe y la ciencia? Dada su estatura en el campo de la ciencia, no es de extrañar que todo el mundo quiera reivindicarlo para su propia agenda. Sin embargo, al observar el carácter equívoco de algunas de sus declaraciones, esto no es tan fácil como cabría esperar.

Sin embargo, Einstein no siempre fue equívoco. A menudo declaró claramente que rechazaba la existencia de un Dios personal, de una vida después de la muerte, de la religión tradicional, y su postura política puede sorprender a algunos.

Es un tema muy debatido: ¿Creía Albert Einstein en Dios? Existe la idea de que la ciencia y la religión tienen intereses contrapuestos y muchos teístas religiosos sostienen la creencia de que la ciencia es atea. Sin embargo, muchos teístas quieren creer que Einstein es un científico inteligente que conocía la misma “verdad” que ellos.

A lo largo de su vida, Einstein fue muy coherente y claro en cuanto a sus creencias sobre los dioses personales y la oración. De hecho, en una carta de 1954 escribe: “No creo en un Dios personal y nunca lo he negado”.

La respuesta de Albert Einstein sobre Dios, el panteísmo y Baruch Spinoza

Cuando era niño, sí. Estudiaba con cariño la Biblia, no percibía ninguna contradicción entre el catolicismo y el judaísmo, dejó de comer cerdo, escribía pequeñas canciones a Dios y las cantaba mientras volvía a casa desde la escuela. Pero a los doce años, al leer libros de ciencia, abandonó abruptamente todas sus creencias religiosas. Mantuvo una “santa curiosidad” por los misterios y maravillas de la naturaleza.

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Es bien sabido que, décadas más tarde, hizo ingeniosas declaraciones sobre Dios: que no juega a los dados; que Dios es astuto pero no malicioso. Einstein escribió famosamente: “La ciencia sin religión está coja, la religión sin ciencia está ciega”. Y el año en que murió, en 1955, un estudiante le citó diciendo que una vez “quiero saber cómo creó Dios este mundo. No me interesa este o aquel fenómeno, el espectro de este o aquel elemento. Quiero conocer sus pensamientos, lo demás son detalles”.

Sin embargo, las declaraciones de Einstein sobre Dios eran notoriamente ambiguas. Por eso, muchos judíos, cristianos, ateos y otros han adoptado a Einstein como uno de los suyos, escogiendo sus citas más atractivas. Ateos como Richard Dawkins se alegran de que a veces Einstein aclarara que con “Dios” quería decir en realidad “naturaleza”. Sin embargo, a veces comentaba: “No soy ateo”. Otras veces Einstein decía que creía en el Dios de Spinoza. En la década de 1670, ese filósofo holandés expresó una gran reverencia por la armonía legal de la naturaleza, argumentando que Dios no tiene personalidad, conciencia, emociones ni voluntad. En 1929, Einstein elogió la perspectiva de Spinoza como un “sentimiento profundo en una mente superior que se revela en el mundo de la experiencia”. Sin embargo, al mismo tiempo expresó sus dudas sobre si podía describirse con justicia como un panteísta como Spinoza.

¿Qué dijo Einstein sobre la religión?

Albert Einstein es uno de los mayores científicos del mundo, pero su legado va más allá de la ciencia. Hasta hoy, sus opiniones son muy influyentes y sus creencias inspiran a personas de todo el mundo. Pero Einstein también es a menudo malinterpretado e incluso mal citado. ¿Qué pensaba el genial hombre del Universo?

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La frase de Einstein, quizá una de las más famosas de la historia, suele sacarse de contexto. La gente suele verla como una expresión de fe en la existencia de un Dios y, más aún, en que éste se ocupa de alguna manera del mundo. Sin embargo, este no es el caso.

El desacuerdo de Einstein con la mecánica cuántica es bien conocido. De hecho, su propia Teoría de la Relatividad General tiene una forma totalmente diferente de describir el universo, y reconciliar esta teoría con la mecánica cuántica sería un Santo Grial de la física. En el centro del desacuerdo está el hecho de que la mecánica cuántica implica una aleatoriedad inherente a la naturaleza.

Un principio básico de la mecánica cuántica es el “principio de incertidumbre de Heisenberg”, que establece que no se puede medir simultáneamente la posición y el momento de una partícula. Cuanto más se sabe de una, menos se sabe de la otra. Para el observador, esto implica un elemento de aleatoriedad, y Einstein no estaba de acuerdo con eso. Ansiaba una forma más sencilla, elegante y explícita de describir la naturaleza. Su “Dios no juega a los dados” no es una expresión de fe o de destino, es la expresión de una necesidad de que las matemáticas sean más estrictas. Einstein decía básicamente que no parece correcto no poder medir con certeza las propiedades de una partícula. Creía que debía haber una ley física subyacente que nos permitiera hacerlo.

El Dios de Einstein

Según Richard Dawkins, el talentoso exponente de la evolución, Einstein era ateo: “Einstein invocó a veces el nombre de Dios, y no es el único científico ateo que lo hizo, invitando a la incomprensión por parte de los sobrenaturalistas deseosos de malinterpretar y reclamar al ilustre pensador como propio”[1] Dawkins da una definición de ateísmo como la creencia de que no hay “nada más allá del mundo natural y físico, ninguna inteligencia creativa sobrenatural al acecho del universo observable”[2].

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Explica que algunos científicos parecen religiosos, pero si se profundiza en su pensamiento, en realidad son ateos. Presenta a Einstein como un ejemplo excelente, y describe la religión de Einstein como panteísmo, al que denomina “ateísmo sexual”[3]. Según Dawkins, “lo único en lo que acertaron sus críticos teístas fue en que Einstein no era uno de ellos. Se indignó repetidamente ante la sugerencia de que era teísta”[4] Pero, ¿ha malinterpretado Dawkins totalmente a Einstein? ¿Existen pruebas claras e inequívocas de que Einstein sí creía en Dios?